Aunque el mes de octubre todavía nos tenga un poco confundidos, la realidad es que ya estamos en otoño y eso solo puede significar una cosa: mocos. El fin del buen tiempo, el comienzo del frío, los niños en las escuelas infantiles y los colegios… El ambiente perfecto para la proliferación de los virus y las bacterias causantes de los catarros, laringitis, otitis, bronquiolitis y todas las “-itis” que nuestros pequeños (y no tan pequeños) encadenarán durante los próximos meses.
Durante los últimos años, desde la “vuelta a la normalidad” tras la pandemia por COVID, los virus también han estado algo confundidos. ¿Bronquiolitis en el mes de julio? ¿Neumonías en niños de 8 o 9 años? ¿Catarros a lo bestia? Y este invierno, ¿qué va a pasar?
¿Qué va a ocurrir con las infecciones respiratorias este otoño?
Aún no podemos prever cuál va a ser el comportamiento de virus y bacterias esta temporada, pero lo que sí sabemos es que las infecciones respiratorias ya están aquí y se quedarán con nosotros unos cuantos meses.
Lo que sí sospechamos y deseamos es que la bronquiolitis se comportará como el año pasado, o mejor. Gracias a la vacunación de lactantes y niños de riesgo frente a la bronquiolitis, el curso pasado se redujeron en torno al 80% los ingresos hospitalarios por esta infección y disminuyó el impacto en atención primaria.
Con la llegada de la nueva vacuna Nirsevimab frente a la bronquiolitis, la pasada temporada 2023-2024 se alcanzó una cobertura de inmunización de alrededor del 90% de todos los nacidos antes y durante la misma. Este medicamento a base de anticuerpos monoclonales ha demostrado ser seguro. Las reacciones adversas más frecuentes son de carácter leve, como reacciones locales en la zona de la inyección (enrojecimiento, hinchazón y dolor) o fiebre.
¿Por qué con el frío llegan los mocos?
“Ponte el abrigo que te vas a poner malo”, “No vayas descalzo que te vas a acatarrar”, “He cogido frío y me he constipado”. Típicas frases que se repiten una y otra vez al llegar el frío. Pero ¿por qué cuando bajan las temperaturas aumentan las infecciones respiratorias?
El frío en sí no es la causa principal de las infecciones. Tiene que haber “bicho”. Para que se dé una infección respiratoria tiene que haber un virus o una bacteria de por medio que la genere. Si bien es cierto, que las bajas temperaturas y lo que ellas conllevan agravan la situación.
El frío debilita la respuesta de nuestro sistema inmune, especialmente el de los niños (por inmadurez) y el de las personas mayores (por envejecimiento). El frío también afecta a la mucosa respiratoria, que se irrita e inflama, y se defiende produciendo una mayor cantidad de moco. En estas condiciones la mucosa es más sensible al ataque de los microorganismos. Estos “bichitos” aprovechan para colarse en nuestro sistema respiratorio. En algunas ocasiones, se queda simplemente en un catarro, mocos en las vías altas. Pero en otras, puede terminar siendo una bronquiolitis, una otitis o complicarse en una neumonía, pero siempre por causa de un virus o una bacteria.
No podemos olvidar también que cuando hace frío solemos estar más tiempo en lugares cerrados, con escasa ventilación y con mayor afluencia de gente. ¿Qué son las escuelas infantiles y los coles sino lugares donde compartir virus?
¿Cómo controlar los mocos?
La mucosa de las vías respiratorias, sobre todo de las vías altas, es la principal afectada con la llegada del frío y de los virus y bacterias típicas de esta época. Es por eso que debemos protegerla y cuidarla para que siga funcionando como barrera natural frente a estos irritantes. Entonces, ¿cómo puedo evitar los mocos o si llegan, controlarlos?
- Lavado de manos frecuente para minimizar el contagio de infecciones (esto nos tiene que sonar un poquito ya).
- Evitar lo que irrite la mucosa respiratoria: cambios bruscos de temperatura y humedad, el humo del tabaco o vapeadores, productos de químicos con fuertes olores (productos de limpieza, perfumes fuertes, ambientadores…), la contaminación…
- Ingesta abundante de líquidos para mantener las secreciones hidratadas y fluidas. En los lactantes, lactancia a demanda para mantener la hidratación.
- Cuidar la alimentación para que sea saludable y equilibrada. Somos lo que comemos.
- Sueño de calidad. Dormir las horas necesarias para asegurar, junto con una alimentación adecuada, que el sistema inmune sea capaz de hacer frente al acoso de los virus y bacterias.
- Lavados nasales a demanda. Los mocos siempre están presentes en la vía respiratoria para protegerla, pero en exceso la irritan y obstruyen. La respiración oral favorece la irritación de la mucosa de la garganta y la deshidratación de las secreciones, además de no realizarse el filtrado del aire a través de la nariz. Si quieres saber cómo puedes hacer los lavados nasales correctamente puedes leer nuestro artículo “3 maneras de hacer un lavado nasal”.
- Cuando ya los mocos se vuelven inmanejables con lavados nasales o se empiezan a producir en exceso en la vía respiratoria inferior, recurrir a la Fisioterapia Respiratoria es la solución. Ya te lo hemos contado muchas veces, pero puedes volver a leer las 10 razones por las que hacer Fisioterapia Respiratoria a un niño con mocos. Para controlar e incluso eliminar la tos, mejorar el sueño y la alimentación en los niños, evitar complicaciones, mejorar la llegada de la medicación inhalada, favorecer el desarrollo del sistema respiratorio… ¡Todo son ventajas! Además, la Fisioterapia Respiratoria no es ni agresiva ni dolorosa.
Aun así, no podemos evitar al 100% las infecciones respiratorias pero sí podemos sobrellevarlas de la mejor manera posible. La prevención y el tratamiento adecuado en el momento oportuno son claves para combatir los mocos y las toses que tanto tememos cuando llega el frío.
Cuéntanos cómo ha empezado el cole. ¿Tus hijos ya tienen moquetes?. ¿Cómo los manejáis en casa? ¡Ánimo familias!